el cuestionamiento acerca
de los zoológicos y
acerca del derecho de
las personas a quitar
la libertad inherente
a los animales silvestres.
Al entrar al siglo XXI, si bien es cierto que aún se conservan los zoológicos, la presión de los que tenemos conciencia acerca de la crueldad que esos lugares encierra, ha provocado ciertos cambios en las estructuras físicas de esos calabozos para seres vivos.
Algunos tratan de denominarlos refugios o darles denominaciones que hagan pensar a otros que han cambiado la visión.
Pero, aunque se les de otros nombres,
ya el camino de la extinción, empezó.
Los abolicionistas: El siglo XX también nos heredó una legión de honor.
La legión de los abolicionistas contra la crueldad que significan los animales en los espectáculos. Sobre todo la lucha contra la crueldad de poner animales a pelear (gallos, perros), los rodeos y las plazas de toros.
Las "Corridas de Toros a la Tica", no están exentas de tanta crueldad.
Costa Rica un país que fomenta la paz en el mundo, no puede animar el dolor de sus animales.
Costa Rica ha tenido una tradición de paz en
todos los ámbitos de la actividad humana.
Ahora, es el momento de demostrar al mundo,
que la paz, es con los animales.
Si el mundo clama por abolir las corridas de toros en países donde la tradición se aferra a morir, no es posible que en Costa Rica se quieran seguir los pasos del irrespeto y la irresponsabilidad para con los seres de la naturaleza.
es paz con la vida
paz con los animales.
en la Promotora de Bienestar Animal- PBA creemos que:
El ser humano se manifiesta mediante un conjunto de valores que le permiten expresarse frente a la realidad cotidiana.
Esos valores le marcan las pautas de respeto y
responsabilidad con el bienestar de
todos los seres con vida.
Durante el siglo XX y en los inicios del siglo XXI el ser humano fue adquiriendo la conciencia acerca del respeto que merecen todos los seres que nacen, se reproducen y mueren, es decir que tienen vida.
Esa conciencia ha creado una ética
a nivel internacional que poco
a poco permea gran parte
de la actividad humana.
Lamentablemente aún quedan vestigios de un oscurantismo, producto de la ignorancia que tenían las personas respecto a la capacidad de los animales de sentir dolor y sufrimiento.
Durante dicho oscurantismo surgieron juegos y competencias que involucraron animales y seres humanos.
Las corridas de toros no pueden aceptarse en la actualidad.
Al volver la mirada al pasado, pensamos con horror en actividades como las que se desarrollaron en la antigua Roma. Y luego volvemos al siglo XXI y no podemos más que comparar tanta barbarie, con la que todavía se presenta en algunos países de nuestro Planeta.
al contrario deben ir mudándose por actividades donde
no se ponga en peligro la integridad de los seres vivos,
llámese personas o toros.
Algunas de esas actividades provenientes de esa era de oscurantismo, se aceptan como si fueran manifestaciones culturales. Sin embargo las manifestaciones culturales son propias de los pueblos, pero cuando el pueblo en su mayoría las rechaza, y son grupos aislados o con intereses particulares, los que las defienden, no puede hablarse de manifestación cultural.
